El día que a Carl Perkins se le escapó la suerte
Veintisiete
En American Pie, su gran éxito de 1971, Don McLean llamó al tres de febrero de 1959 "el día que murió la música". En efecto, en aquella fecha atroz, el avión en que volaban Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper, tres de los grandes interpretes del rock & roll seminal, cayó sobre un campo de maíz de Iowa. Nadie sobrevivió al impacto. Poco más de un año después, el seis de abril de 1960, Eddie Cochran -autor de Sumertime Blues, C'mon Everybody y otras piezas del repertorio ideal de aquellas jornadas gloriosas-, durante una gira por del Reino Unido se estrelló contra una farola en Somerset. Gene Vincent, que le acompañaba en aquella ocasión, ya tocado por otro accidente, sobrevivió, aunque se agudizó su ya irreversible cojera. Cochran falleció horas después en el hospital.
Fueron tantos los siniestros que jalonaron los albores del rock & roll que darían lugar toda una ucronía, toda una historia alternativa de la manifestación cultural que transformó radicalmente a la juventud de la segunda mitad de siglo XX. Carl Perkins, el autor de Blue Suede Shoes sobrevivió a su accidente el 21 de marzo de 1956 -22 según otros autores- del que ahora se cumple 60 años. Pero, convaleciente aún, vio como el destino le privaba de un éxito que debió ser suyo, el obtenido precisamente por Blue Suede Shoes, para dárselo a su buen amigo Elvis Presley. De ahí que todas las ucronías del rock & roll cuenten lo que hubiera sido si Presley no hubiese ocupado el trono.
Dejando a un lado a los rockers afroamericanos, cuyos méritos musicales en aquella América que aún no les reconocía los derechos civiles contaban lo que un cero a la izquierda, fueron varios los músicos blancos de country y boogie-woogie que bien hubieran podido destronar a Elvis. Pero unos eran demasiado pendencieros, otros demasiado desgraciados. Y todos, en fin, carecían de la apostura del que estaba llamado a ser el rey del rock & roll.
Hijo de una familia de recolectores de algodón, Carl Perkins tocaba y cantaba country junto a sus hermanos en los salones de Ridgely (Tennessee), el pueblo que le había visto nacer en 1932. Así las cosas, en 1955, después de haber escuchado a un tipo en un baile decirle a su novia que no le pisase los "zapatos de gamuza azul" escribió Blue Suede Shoes. Según la leyenda, sobre un saco de patatas. Lo rigurosamente cierto es que San Phillips, el propietario de Sun Records -el sello, que entre otras figuras de la música estadounidense, grabó los primeros temas de los grandes del rockabilly, desde el propio Presley hasta Jerry Lee Lewis- quedó tan impresionado con Blue Suede Shoes apenas la escuchó que, al punto, la produjo y grabó. El éxito no se hizo esperar. En las listas norteamericanas de country la canción alcanzó el primer puesto. No le fue muy a la zaga en las de pop, rhythm & blues y en las del Top Ten del Reino Unido. Fue el primer disco de la Sun que vendió un millón de copias. Todo era dicha para Carl, a quien muchos le auguraban un éxito mayor que el de Elvis. Phillis tenía tantas esperanzas puestas en él que traspasó el contrato de Presley a RCA por 35.000 dólares. Estaba convencido de Perkins era el sustituto ideal.
Pero la suerte le sería esquiva. Aquella noche del 21 marzo del 56, mientras viajan hacia Nueva York para participar en el Show de Ed Sullivan -el más seguido e influyente de todo el país- tuvieron un accidente de automóvil en Wilmington. Jay, uno de los hermanos de Perkins, y su mánager murieron en el acto. Carl sufrió una fractura de carneo que requirió un año de convalecencia. En ese tiempo vio como Elvis convertía Blue Suede Shoes -donde quedaba patente toda la vanidad de los recién nacidos rockers- en otro de sus éxitos. También vendió un millón de copias.
A Perkins la suerte no volvió a serle favorable. Entre los amantes del rock & roll pasó a engrosar la lista de los que pudieron ocupar el trono. Sus canciones -Matchbox, Honey Don't, Everybody's, Trying To Be My Baby...- se hicieron famosas en las voces de otros interpretes. Johnny Cash le incluyó en numerosas ocasiones entre los músicos de su banda. Huelga decir que Perkins se alcoholizó. Ya en los 80, con el resurgir del rockabilly, fue honrado por las nuevas generaciones -grabó Blue Suede Shoes con algunos miembros de Stray Cats- y por músicos de la talla de John Lennon, John Fogerty o Eric Clapton, quienes, entre otros muchos grandes de la historia del rock, grabaron junto a él. No obstante lo cual, Carl Perkins murió el 19 de enero de 1998 sin que la fortuna se hubiera vuelto a acordar de él.
Publicado el 24 de marzo de 2016 a las 19:15.